miércoles, 22 de agosto de 2012

Internationale Küche

Ayer fuimos a visitar una empresa de tecnologías solares aquí en Marburg. Se llama Wagner & Co. y nos dieron un panorama de cómo y en qué cantidad usan páneles solares fotovoltáicos y de intercambiadores de calor para agua. Nos dimos cuenta que si empleáramos esa tecnología en México, ahorraríamos muchísima energía, ya que recibe más radiación solar que Alemania.

Luego nos juntamos a comprar y cocinar pollo con mole y arroz ya que hoy tuvimos nuestro día de cocina internacional que compartimos con los Azerbaijanos, y los demás de Montenegro, España, Turkmenistán, Serbia, Siria, Italia, Egipto, etc. y por supuesto nuestros maestros alemanes. Fue en un bar que se encuentra abajo de la calle, se llama Deep Bar. El primer refresco corrió por la cuenta de Herr Jürgen Kalinna. Nuestro mole quedó delicioso, los extranjeros lo veían negro y raro pero cuando les dijimos que era pollo y que lo probaran les gustó mucho, todavía tengo la imagen de Annica (una de nuestras maestras) que pensaba que era col y la cara se le iluminó cuando lo probó.

Como somos un buen de mexicanos, nos, o mejor dicho, se apoderaron de la música y pusieron esas canciones rancheras que nunca escucho, reggaeton, cumbias, payaso de rodeo que intentamos enseñarles a algunos azerbaijanos, etc. Después los azerbaijanos pusieron su música que era algo así como la de belly dance, también pusieron una canción típica de su país y se pusieron a bailarla/brincarla chistoso mientras nosotros aplaudíamos alrededor. Pero terminamos adueñándonos de la música de nuevo y poniendo más música que es normal y bailable (al menos para nosotros). Y los azerbaijanos se fueron pronto porque consideraban que teníamos la música muy alta. Ahí tomé una Becks ICE que era mitad cerveza mitad bebida de lima y menta, estaba buena pero sabía a refresco.

Después nos fuimos Mini, Lily, Dina, Luis, Ivan I. y yo a un Kneipe (bar) en el Oberstadt que se llama Hinkelstein. Bajamos unas escaleras de piedra y llegamos a un lugar que parecía taverna y caverna porque era toda de piedra, húmeda. Nos sentamos, pedimos una Becks y después una Köstritzer Schwarzbier, esta última definitivamente va a mi lista de cervezas favoritas.

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