domingo, 12 de agosto de 2012

Am Wochenende

Después de la salida del viernes, me levanté tarde así que el día fué muy corto. Me bañé y regresé al WG de Ramón y compañía para hacer tortillas harina. René es la que sabe hacerlas pero al final de cuentas yo me quedé platicando y no ví como prepararon la masa. Sólo sé que usaron una botella de vino vacía a falta de rodillo. Después de eso algunos se fueron a otra fiesta pero yo decidí regresar a casa esta vez, ya que el viernes llegué tarde.

El domingo sólo Lily estaba despierta temprano, entonces fui a su casa a cocinar ya que no tenía mas que para hacer sandwiches y cereal en mi casa puesto que habíamos acordado juntarnos en casa de ella para comer. Llegó Luis en su bici nueva y comimos carne molida de puerco con papa y paprika (morrón), brócoli y pastel de papa con jamón y queso crema. Yo llevé una latita de jalapeños La Costeña para completar el toque mexicano. Guardamos un poco de comida en una vasija para llevarle a Dina quien no alcanzó a venir con nosotras porque fue a subir el cerro hasta la torre.

Jinhee me dijo que nos viéramos a las 6pm en el Hauptbahnhof (estación de tren) para llevarme a una reunión con sus amigos de la iglesia. Lily, Dina y Luis vinieron conmigo. Tomamos un elevador y cruzamos las vías del tren, caminamos un poco y llegamos a una casa muy grande y amplia. Sólo vi la recepción que era un cuarto enorme con techo alto, algo vacío y unos pizarrones. El estudio que una pared estaba compuesta por estantes de madera hasta el techo, todo retacado de libros, como si fuera el estudio de una mansión de película. Y la cocina que era enorme estilo industrial con hornos grandes y una mesa larga al centro.

Jinhee tenía otra cosa que hacer así que solo fue a dejarnos y ya me sé los nombres de todos. Además de Benji están Lisa, Jessika, Steffen (todos ellos alemanes) y Aneta (de República Checa). Nos dijeron que íbamos a tener un picnic en la torre (sí, Dina subió a la torre dos veces ese día). Caminamos por bosque hermoso, lleno de árboles altísimos con el piso tapizado de hojas y una que otra plantita con hojas verdes. Subimos por un camino poco empinado hasta llegar a la torre, lo bueno es que el cerro no está muy alto. Arriba hay una explanada con juegos para niños y creo que también había un restaurante que ya estaba cerrado, o talvez era solo una tiendita. Nos acomodamos en un área donde había piedras acomodadas en círculo. En el centro extendimos una cobija de cuadritos y pusimos la comida. Tomamos jugo y agua, comimos galletas, ensalada de manzana, pera y cereza con aderezo de vainilla y baguettes deliciosos con mantequilla a las finas hierbas. Después nos pusieron a jugar un juego típico alemán que al final tuvo una reflexión. Se trató de dar lo que trajeramos de más valor, lo escondían bajo una cubeta y nosotros con los ojos vendados teníamos que encontrar la cubeta con ayuda de un palo de madera, gateando por el piso. Se trató de que a veces nosotros le damos mucha importancia a las cosas materiales, terrenales, cuando deberíamos de buscar con el mismo fervor a Jesús. Jessika fue quien dirigió la reflexión y leyó un pasaje de la biblia (nótese que todo este tiempo estuvimos hablando con ellos sólo en alemán).
¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. (San Lucas 15, 8-10)
Después nosotros dimos gracias y hablamos un poco sobre lo que pensamos de Dios y de Jesús. Luego nos levantamos a ver el rosado atardecer cubriendo la ciudad y antes de que oscureciera jugamos pelota, estilo voleybol y luego otro típico alemán donde le pasas la pelota al que sigue de una forma distinta cada vez más difícil. Cuando ya se estaba yendo la luz hicimos un comentario de que se hacía tarde y debíamos regresar lo cual a ellos les sorprendió porque, por lo que entendí, para ellos no es peligroso andar en grupo en el bosque de noche. Lo que no logré darles a entender es por qué nosotros los católicos rezamos también a los santos. Me preguntaban si creía que Dios solo no podía ayudarnos, como si le pensaran que le damos la misma importancia a un santo que a Dios cuando no es así, pero no sé cómo explicarles que los santos interceden y también nos ayudan. En fin, son bastante agradables y me gusta mucho su compañía más el hecho de que practico alemán con ellos y nos enseñan cosas nuevas. Intercambiamos números de celular, facebook y después nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas.

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