miércoles, 8 de agosto de 2012

Die Christen

Hoy decidí regresar un poco más temprano para pasar tiempo de calidad con Dr. Hein. En el camión de regreso nos encontramos a Nabil (de Siria) y platicamos un poco con él alemán. No enseñó que "hola" en árabe se dice "mar-jabá". Es una lástima que esté planeando cambiarse de grupo a C1, pero tiene sentido porque se nota que sabe más que nosotros.

Llegué y aún no había nadie y cuando vino Dr. Hein la saludé pero me quedé leyendo los papeles del Krankenversicherung y haciendo la tarea. Después ya no supe dónde estaba Dr. Hein pero Jinhee bajó a saludar y me invitó a ir el domingo a la iglesia (que, por lo que decía, asumí que es cristiana). También me invitó hoy a ir con su grupo de amigos de la iglesia, quienes son de diferentes partes del mundo. Tomamos la línea 1 y nos bajamos en una estación por la que no había pasado antes, cerca del Hauptbahnhof. Me mostró un nuevo camino para subir a la Oberstadt y luego llegamos a un edificio de esos remodelados pero que sabes que llevan años ahí. Entramos y efectivamente se veía viejo, los pisos un poco chuecos, así como la escalera que subimos. Cuatro pisos hasta llegar a lo que sería el ático. Durante el camino, las personas que volteaban a ver me saludaban con una enorme sonrisa y cuando llegamos arriba y abrimos la puerta había un grupo de jóvenes, la mayoría alemanes, rezando y dando gracias a Dios. Sólo entendí algunas cosas. Rezaban por que más gente encontrara a Dios, por la gente de Siria ya que la situación está delicada en el país y también por los extranjeros que se encuentran lejos de casa. Cuando terminó la sesión, Jinhee me presentó y los saludé a todos, lamentablemente solo recuerdo un nombre, el más fácil de todos: Benji. Los demás eran nombres europeos extraños para mí, pero también había una chica peruana entre ellos que me saludó en español y continuó hablándome en alemán porque, naturalmente, sabe que vine a aprender el idioma. Después bajamos a la planta baja donde me sirvieron un té de algo de naranja que me recordó a ponche y Jinhee llegó con nieve para todos. Fue muy curioso porque llegó con una charola con bolas de nieve de distintos sabores y triángulos de galleta encajados. Lo que hacían era tomar un triángulo y poner la bola de nieve sobre la galleta con ayuda de la cucharita de plástico para proceder a comerla cada quien en su asiento. Una forma muy curiosa de comer nieve. Ahí estuvieron discutiendo qué actividades hacer con los extranjeros que vienen a Marburg y llegan en septiembre. Entendí solo un poco porque hablan muy rápido pero estoy feliz porque entendí la idea general. No hablé mucho con ellos porque me quedé escuchando, tratando de desarrollar el poder entender lo que dicen, pero talvez los vea de nuevo el domingo y sería bueno hablar más que hoy, aunque diga puras tonterías. Después de todo son muy buenos, extremadamente amigables y saben que apenas estoy aprendiendo el idioma.

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