sábado, 15 de septiembre de 2012

¡Viva México!

Me desperté temprano para arreglar mis maletas ya que mañana saldré en la tarde con mis dos maletas y mi boleto con destino a Schwenningen (Neckar) en mano. Una vez que dejé todo listo, salí de casa de Dr. Hein rumbo con Carmina donde me recibieron con pollo en mole de tres chiles y mole con pistache, arroz a la mexicana, tortillas de harina y ensalada. Todas las niñas nos reunimos ahí y después salimos a encontrarnos con todos los mexicanos.

Llegamos a las Mensatreppe (escaleras frente al río de la cafetería) y ahí encontramos a todos los mexicanos. Incluso conocimos a más mexicanos que también estaban viviendo en Marburg. Y los alemanes se nos acercaban a preguntar qué estaba pasando. Por qué traíamos banderas, sombreros de charro, máscaras de lucha libre, adornos mexicanos, bigotes, relajo. Empezamos a gritar ¡Viva México! y hasta los no mexicanos gritaban con nosotros. Éramos más de veinte y nos divertimos un chorro.

Después las niñas decidimos irnos a un bar o antro. Por primera vez subí al Oberstadt de noche. Llegamos a un antro, supuestamente el mejor de Marburg, pero cobraban cinco euros y como no había mucha gente y pensábamos quedarnos solamente una hora, decidimos buscar otro lugar. Camino a un bar conocimos a unos chavos de Estados Unidos, platicamos con ellos un buen rato pero eventualmente nuestros caminos se separaron cuando ellos querían ir a Hinkelstein y nosotras al Deep Bar. El ambiente en el Deep estaba muy aburrido, había apenas unas cuantas personas y las niñas se quedaron platicando con ellos pero yo me salí y estuve con Jimmy y Daniel que también andaban deambulando por la ciudad.

Las niñas y los latinos que estaban en el Deep salieron eventualmente del bar y todos caminamos de regreso al Oberstadt. Daniel se despidió y Jimmy y Carmina se fueron por un Kebap. Yo me quedé con las niñas y caminamos al Nachtsalon donde porfin encontramos buena música.

En la noche regresamos al depa de los niños, mejor conocido como Bosque Ocho Ocho, para una última partida de cartas y mi inminente despedida. Los voy a extrañar mucho.

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