miércoles, 25 de noviembre de 2015

Te odiamos, Patricia

Sábado 24 de oct. 2015
La lluvia retomó su pronosticada abundancia durante el curso de la noche y cuando amanecimos, el cielo estaba 100% nublado, el suelo mojado y la lluvia tupida. Nos estábamos arreglando en el cuarto del hotel pensando dónde nos estacionaríamos ahora, ya que la opción que estaba ayer fue un fiasco.

Me metí a las redes sociales de COTA para ver si habían cambiado el estacionamiento y lo primero que leo, es que COTA está cerrado debido a la lluvia y el mal pronóstico. Los que madrugaron pueden buscar refugio en las gradas de los pits (las únicas gradas techadas) y el resto de la gente quedarse en sus casas o alojamientos hasta mediodía, cuando se publicará más información. Más abajo encontré que habían cambiado el Off-Site Parking a un parque y una high school más o menos por donde estaba el estacionamiento original. Anoté las direcciones para llegar sin problemas.

Como ya no teníamos prisa, bajamos tranquilamente al lobby del hotel a desayunar pan y café. Después rearreglamos nuestras cosas, incluyendo la ropa húmeda y los zapatos mojados de ayer. La lluvia se puso muy ligera y anunciaron por las redes sociales que la tercera práctica sí se iba a llevar a cabo pero las puertas del circuito seguían cerradas para todos los que teníamos boleto. Ya se imaginarán el enojo de la gente por haber pagado un boleto de cientos de dólares y no poder cobrar el espectáculo. Yo también estaba disgustada y les mandé un tuit diciendo que la próxima vez lo pensaría dos veces antes de volver a ir.

Llegó el mediodía. Anunciaron puertas abiertas pero ahora estaba lloviendo mucho más tupido que en la mañana. Llegamos al estacionamiento nuevo, pagamos los 20 USD. Nos pusimos los ponchos y abrimos los paraguas para bajar del carro. Cuando llegamos a los autobuses, resulta que todos estaban llenos, así que arrancaron y se fueron dejándonos en la banqueta. Les dije a mis papás "de aquí a que regresen los shuttles, ya nos empapamos todos. Yo me quiero subir al carro." No estuvimos afuera ni cinco minutos y ya estábamos empapados. Ya en el carro, mi papá desesperado dijo que no se iba a meter a COTA para seguir mojándose todo el día hasta enfermarse. Yo tampoco me quería mojar así, era una grosería, pero quería ver a los pilotos. Quería que Checo firmara mi gorra, hasta compré un Sharpie plateado para que firmara la gorra negra. No es justo. Pero al final dije "sí, no tiene caso quedarnos cuando lo más probable es que vayan a suspender el qualy" porque, de hecho, habían anunciado que si el clima no mejoraba, se tomarían los resultados de la práctica 3 como qualy.

Creo que los tenis que me puse ese día (ya eran viejitos) tenían un agujero en la suela o algo así, porque mis calcetas estaban empapadas. Fuimos al centro comercial techado a pasar el día. Mientras, yo buscaba Wi-Fi en cada tienda a la que se metían mamá y Sarahí. Efectivamente reportaron que no hubo qualy y durante ese tiempo, los pits se pusieron a jugar/entretener a la gente. Después abrieron el paddock porque, por la lluvia se cancelaron también todas las firmas de autógrafos y ahí aprovecharon los fans de acercarse con los pilotos. Lamentablemente yo no estaba ahí, estaba en el mall. No compré nada, mas que calcetas. Pero me enfermé de todas maneras y papá me llevó al HEB a comprar un antihistamínico. También cenamos en The Cheescake Factory, súper rico.

Viernes 25 de oct. 2015
Anunciaron que el qualy se llevaría a cabo hoy a las 8 de la mañana. Obviamente ni planeamos llegar tan temprano porque seguía lloviendo y, mientras menos tiempo en la lluvia con mi enfermedad, mejor. Cuando llegamos al estacionamiento había tantos carros que ni nos cobraron los 20 USD. Sólo nos dejaron pasar y fuimos a hacer fila como de unas 200 personas para esperar los shuttles. Todos con impermeables, paraguas, ponchos, había unos hasta con trajes completos como para ir a pescar.

Cuando llegamos a COTA, todos íbamos igual de cargados con ponchos y paraguas. Por eso y porque seguía lloviendo ni revisaron el contenido de nuestras bolsas y mochilas. Nos fuimos luego luego hasta la curva uno, pero cuando llegamos fue la perdición. El zacate había desaparecido. No había nada más que un masacote de lodo por donde no se podía caminar. Papá iba adelante, ni siquiera voletó atrás para asegurarse de que fuéramos atrás de él. Yo me quedé parada enmedio tratando de encontrar mi mejor opción. Mamá y Sarahí estaban atascadas atrás de mí. Pero como nadie se paró a pensar conmigo, mi mejor opción era seguirlos para no perdernos entre la multitud de gente. Para mi desgracia. Adelante ví cómo mi papá casi se resbala dos veces porque era realmente imposible caminar en lodo resbaloso. Y a mi mamá se le hundía el pie formando un vacío que se comería su tenis si no lo sacaba con cuidado. Era un desastre total.

Finalmente y con mucha suerte, alcanzamos todos a papá sin caernos. Sólo teníamos una silla plegable. El resto extendimos el poncho sobre el lodo para sentarnos ahí. Nos tapamos con los paraguas que pudimos. Yo traía un paraguas que se le había volteado a mi mamá en el camino. Es que el aire estaba horrible. Todo el clima estaba horrible. Y Sarahí no traía ropa suficientemente calientita pero le presté mi chaleco. Yo aún traía puesto mi rompevientos.

Vimos la carrera de carros históricos de la F1, de los cuales no conocía a ningún piloto. En general tuvimos que esperar sentados unas tres horas. Antes del comienzo de la carrera hicieron un espectáculo con una banda de una high school de Austin. Los muchachos tocaban muy padre. También le hicieron mucha faramaya a las porristas de los Cowboys. Supuestamente tuvieron que audicionar para ver quién iba a bailar en este evento. Total, su bailesito estuvo super equis (espera marometas, saltos o que cargaran a alguien pero la verdad solo daban dos pasos y movían la cabeza de un lado a otro como para azotar el cabello) y además duró dos minutos. Luego, en los carros de colección desfilaron los pilotos, finalmente.

Yo ni me paré, porque si me movía, me iba a mojar con el agua que se acumuló de la lluvia sobre mi poncho. Sólo saqué la bandera de México de la mochila y se la di a mamá y Sarahí, quienes sí se pararon. Les dije "ahí va Checo, el de negro en el carro negro" y ellas movían la bandera pero no saludaban. Cuando Checo pasó vio la bandera y lo vi saludándolas muy enérgico, también atrás había más banderas de México. Cuando mamá y Sarahí me regresaron la bandera me dijeron "no vimos a Checo, ¿dónde estaba? No lo reconocimos." #Fail.

Total, como no estuvimos para el qualy y no tenía internet, no supe desde qué posición empezó Checo. Pero comenzó la carrera y se quitó la lluvia, totalmente. Seguía nublado pero al menos ya me podía descubrir la cabeza para ver. Frente a nosotros teníamos una pantalla gigante para ver la carrera y había buenas bocinas para escuchar los comentarios también. Hubo varios percances, nada grave, pero mucho safety car, que hacía todo más emocionante porque los carros se juntaban y cuando el safety car salía, había oportunidad para rebases. Al final de la carrera Checo quedó en un excelente quinto lugar. No pudimos disfrutar del fin de semana automovilístico completo... pero al menos la carrera estuvo muy interesante y entretenida. Las dos horas las sentimos como si hubieran sido 30 minutos. Además la suma de puntos de Lewis Hamilton es tan alta que en esta carrera quedó en primer lugar y se coronó campeón del mundo por tercer año consecutivo (con tres carreras aún faltantes).  Aquí está el video corto oficial de la carrera. 

 Ahora venía lo bueno: salir del soquete con vida. Me había dado cuenta que por arriba se llegaba más rápido al camino peatonal pavimentado entonces le dije a mi familia que intentáramos salir por arriba. Nos encontramos con un pantana horrible. Papá iba otra vez al frente sin preocuparse si nosotras íbamos atrás. Lo vi resbalarse y casi caerse otra vez pero sobrevivió. Mamá no podía levantar el pie atascado en el lodo. Y a Sarahí que casi se caía, le dije que enterrara el paraguas en el lodo para tener de donde agarrarse. Papá logró salir, Sarahí y yo también, y a mamá la ayudó un señor que iba pasando.

Finalmente llegamos al caminito todos ensoquetados. Abrieron las puertas para pasar al paddock y me tomé foto con la línea de arranque y el letrero de las posiciones finales. Y fui a buscar obviamente el garage de Force India para ver si Checo salía. Habíamos un montón de gente afuera pero Checo no alcanzó a salir (siempre entrevistas) y no duramos ni treinta minutos cuando empezaron a vaciar la pista.

Hicimos una parada en un puesto de palomitas para comprar una bolsa. De las gradas de los pits iba saliendo gente seca y hasta entaconada. Y nosotros, los pobres, con tortas de lodo en los zapatos, la ropa mojada, los ponchos puestos. Imagínanos, si puedes. Papá quería comprar una gorra de Lewis Hamilton, había una edición especial con la bandera de EEUU pero era una gorra plana y a papá le gustan las curvas. Llegamos en la salida a la tienda de COTA donde papá se compró una gorra mejor de la F1 en Austin 2015 y yo conseguí un pin de la carrera para mi colección.

Decidimos no quedarnos al concierto de Elton John porque estábamos empapadísimos. Y cuando llegamos a la fila, estaba enorme, daba tres vueltas y habíamos al menos unas 500 personas esperando el shuttle. Mamá y Sarahí abrieron la silla plegable y se sentaron en un lugar mientras papá y yo avanzábamos en la fila. Platicamos con un señor de Irán que estaba en la fila enfrente de nosotros y sabía español porque había estudiado en España. También platicamos con dos estadounidenses y un chilango que estaban haciendo fila detrás de nosotros.

Más de una hora después llegamos al carro y nos fuimos directo al hotel a bañarnos y lavar la ropa sucia otra vez. Pero cuando entré al cuarto, en el fondo estaba el espejo del lavabo, me vi la cara rara. Entonces me acerqué y me di cuenta de que, por alguna razón, mi cara estaba llena de lodo. Salpicada uniformemente con lodo. Horrible. Y así estaba hablando con la gente. Y nadie me dijo nada porque resulta que papá y Sarahí se habían dado cuenta. Qué vergüenza.

Para la próxima vez, compraré boletos en alguna grada. Puede que me moje, pero al menos tengo donde sentarme sin enlodarme.

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